miércoles, 19 de enero de 2011

CHE GUEVARA ¿AMIGO O ENEMIGO DE BOLIVIA?


CHE GUEVARA
¿AMIGO O ENEMIGO DE BOLIVIA?





INTRODUCCIÓN

El Che, ¿amigo o enemigo de Bolivia?, este tema en el cual me centraré se refiere sobre el mítico personaje argentino Ernesto “el Che” Guevara, y para poder analizarlo es necesario conocer la vida de este gran hombre mediante varias obras testimoniales, biográficas y autobiográficas   sobre el mismo, y así poder descubrir sus pensamientos políticos como en sus raíces, las que lo llevaron a convertirse en lo que fue.
Por otro lado es importante destacar la importancia que tiene la figura de Guevara en nuestra sociedad hoy en día, especialmente en los jóvenes, ya que es tomado como un símbolo de rebeldía y de libre expresión, con respecto a sus ideales, (debido a que fue un gran revolucionario a nivel mundial).
Al comenzar este ensayo,me adelanto a decir que el Che ha sido un gran amigo de Bolivia, modelo de muchos que luchaba por “el Patriotismo Latinoamericano”, y su revolución en todos los países para que no existieran diferencias entre ricos y pobres.

EL CHE, ¿AMIGO O ENEMIGO DE BOLIVIA?

Mencionaba que para poder responder que si el Che fue amigo o enemigo de Bolivia, es necesario recapitular datos de la vida de este gran personaje, y así comprender y decir con certeza la importancia de este para Bolivia.
Infancia y Adolescencia del Che
El 14 de julio de 1928, nace Ernesto Guevara de la Serna en Rosario (Argentina). Hijo de Ernesto Guevara Lynch, que se dedicaba a explotar, en esa época, un yerbatal en Caraguatí (Misiones) y de Celia de la Serna. Poco tiempo después de nacer padece de una grave enfermedad, una bronconeumonía que traerá consecuencias en un futuro.
Su padre destaca una anécdota la cual ya permitía ver su determinación y tozudez: “Ernestito comenzaba a caminar. Como a nosotros nos gustaba tomar mate lo mandábamos hasta la cocina, distante unos veinte metros de la casa, para que nos lo cebara. Entre la cocina y la casa cruzaba una pequeña zanjita que ocultaba un caño. Allí tropezaba el chico y caía con el mate entre sus manitos. Se levantaba enojado y cuando volvía con otra cebada, volvía a caerse. Empecinado siguió trayendo y volcando mate una y otra vez hasta que aprendió a saltar la zanja”. Aquí se puede ver como sus padres dejaban que su hijo aprendiera por si solo y ganara confianza sin evitar cuantos golpes tendría que darse para aprender.
En 1929 se mudan a la capital del país, Buenos Aires, junto con la nueva integrante de la familia, su hermana Celia, quien había nacido ese año. Es allí cuando sufre su primer ataque de asma, enfermedad que lo acompañará de por vida. Su padre atribuirá que se debió a que su esposa, por su inexperiencia debido a que era muy joven lo bañaba en el río en período otoñal cuando apenas tenía dos años.
Es importante destacar que de su árbol genealógico pendían aventureros, revolucionarios, exiliados políticos, millonarios, viajeros, cuyas andanzas se recordaban, se fantaseaban y se magnificaban con regocijo y orgullo, lo que operaría como mandato familiar. No sólo para Ernestito sino también para sus hermanos, todos ellos adeptos al “vivir peligrosamente”.
Pero Ernesto, para desasosiego de sus padres, tampoco soporta el clima porteño. “Celia pasaba las noches espiando su respiración. Yo lo acostaba sobre mi vientre para pudiese respirar mejor, y por consiguiente yo dormía poco o nada”
Producto de dicha crisis lleva a que la familia, por recomendaciones de los médicos, se trasladara al clima seco de las serranías de Córdoba. Por otro lado la familia no se asienta por definitivo en Córdoba sino que pasaron por diferentes ciudades como: Misiones, Rosario, San Isidro, Palermo, Alta Gracia y finalmente Buenos Aires otra vez.
Ernesto fue creciendo, y junto con su crecimiento se acrecentaba su gusto por la lectura, en cantidades, con autores latinoamericanos como principal referencia, desde Quiroga, Ingenieros, hasta Neruda. Sólo asiste regularmente en segundo y tercer grados de la escuela primaria, primero y cuarto los dará libres, y con asistencia parcial quinto y sexto; muchas veces postrado por la asfixia, bajo la paciente supervisión de su madre, lo que contribuirá a simbiotizarlos en una relación que, por momentos, parecerá demasiado estrecha.
Su padre por otro lado fue de gran importancia para que Ernesto se empezara a interesar por la política. Los intereses de don Ernesto eran más ideológicos que políticos y fue uno de los fundadores del Comité de Ayuda a la República Española, en Alta Gracia. Ello bastaba para ser considerado “de izquierda” por la conservadora sociedad cordobesa.
Entre Ernesto y sus amigos había una gran diferencia, ellos caracterizados por ser “niños buenos”, en cambio a él no lo ponían en dicha categoría ya que se caracterizaba justamente por su viveza y decisiones que el tomaba y por sobre todas las cosas su independencia. Su amigo de juventud cordobesa Carlos Figueroa que le pareció admirable “cuando recorrió un montón de provincias en un bicicleta traccionada por un motorcito. Fue un viaje muy importante porque ahí le tomó el gusto a la aventura, se demostró a sí mismo que era capaz de valerse solo y comprobó que aunque el asma se ensañara con él no alcanzaba para derribarlo. Para que le creyeran hacía registrar su paso en todos los Automóviles Club de los lugares por donde pasaba”
Luego de este viaje, Ernesto comienza sus estudios de medicina, en donde conoce a una compañera Tita Infante, quien milita en la Juventud Comunista, y ella será la primera en hablarle de Marx y la de la revolución socialista. Y lo hará con la suficiente convicción como para interesar a Ernesto, quien leerá algunos textos sobre el tema y la acompañará a reuniones políticas.
A los 23 años de edad Ernesto decide emprender una travesía con su amigo Alberto Granado por Latinoamérica, en motocicleta. “Fue una mañana de octubre...estaba harto de la Facultad de Medicina, de hospitales, de exámenes(...) Y de pronto, deslizada al pasar como una parte de nuestros sueños, surgió la pregunta: -¿Y si nos vamos a Norteamérica? , ¿A Norteamérica? ¿cómo?, Con la Poderosa, hombre”. Y fue así como ambos decidieron ese viaje, primero recorrerían algo del Sur Argentino, después Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, y de ahí a Estados Unidos, pasando de vuelta por: Brasil, Paraguay, y finalmente Argentina. En diciembre de 1951 parten desde Córdoba, recorriendo Buenos Aires, Villa Gesell, Miramar, Necochea, Bahía Blanca, Choele choel, Piedra del Águila, San Martín de los Andes, Nahuel Huapi y Bariloche. Luego en el mes de febrero llegan a Chile donde ambos se hacen pasar por médicos especialistas en leprosología, y obtienen una entrevista con el diario local, donde los nombran como “Dos especialistas en leprología recorren Sudamérica en motocicleta”. Su estadía en el país vecino duraría alrededor de dos meses. En Chile se habían hecho conocidos por aquel artículo periodístico, por lo que en muchos lugares eran reconocidos y trataban de “manguear” estadía y comida y lo lograban.
Luego de esos dos meses su próximo destino fue Bolivia, subiéndose a los camiones que transportaban “collas” hasta el lago Titicaca. En el pueblo indígena de Tarata, Ernesto revelaría su sensibilidad, indeleble contacto con la miseria latinoamericana. Nadie podía imaginar que allí se iniciaba un camino que aún conmociona al mundo y que encontraría su fin físico en esas mismas desolaciones bolivianas.
Su viaje continúa rumbo a Perú donde formaron parte por un tiempo del cuerpo de médicos en el Leprosario de San Pablo, donde ambos se sienten profundamente encariñados por aquellos leprosos que brindan todo su cariño hacia ellos, debido a que la forma en que tanto Ernesto como Alberto los trataban era totalmente distinta a la que ellos venían teniendo con el resto de los médicos. También pasaron por Colombia y finalmente por Venezuela. En ese tiempo Ernesto conoce a Fidel Castro y a su hermano Raúl, es allí donde se entera sobre las guerrillas que los Castro (pero principalmente Fidel lideraba) estaban formando. Es por ello que comienza a interiorizarse en el caso de Cuba.
Finalmente el 26 de ese mismo año sus andanzas llegan terminan. En el aeropuerto de Caracas Ernesto despide a su amigo Alberto quien volvía a Buenos Aires porque había conseguido un buen trabajo y él decide quedarse un tiempo más allí.

El 11 de abril de 1953, el Che se recibe de médico, luego de su vuelta por Latinoamérica junto con su amigo Alberto Granado. Él ya tenía planeado, una vez finalizada su carrera, emprender un nuevo viaje por Latinoamérica. El 7 de julio de ese mismo año Ernesto parte hacia Bolivia junto con un amigo de la infancia Carlos “Calica” Ferrer. Definitivamente Ernesto partía de Argentina con un propósito totalmente diferente al viaje anterior que había realizado por Latinoamérica. Esta vez estaba muy interesado en analizar las diferentes sociedades y convivir con las mismas, sobre todo ver como son dejados fuera del sistema los aborígenes. En una de las cartas que le envía a su tía Tita Infante le escribe lo siguiente:”El panorama político es sumamente interesante. Bolivia es un país que ha dado un ejemplo realmente importante en América...Aquí las revoluciones no se hacen como en Buenos Aires, el gobierno está apoyado por el pueblo armado de modo que no hay posibilidades de que lo liquide un movimiento armado desde afuera y sólo puede sucumbir por las luchas internas”.
En un paso por Guatemala en la mañana del 24 de diciembre de 1953, donde se convertiría en el revolucionario fanatizado y aguerrido, acosado por grandes potencias decididas a borrarlo de la faz de la tierra, dispuesto al mayor de los sacrificios para que el mundo fuese más justo y menos arbitrario, quien no vacilaría en matar si ello servía al éxito de sus ideales. Allí conocería a Hilda Gadea, mujer poco agraciada de aproximadamente 30 años de edad, dirigente del ala juvenil del APRA peruano, que colaboraba con el gobierno progresista del presidente Arbenz. Hilda, futura esposa del Che, lleva en su sangre rastros indios. Es, en comparación con Chichina Ferreyra, primer amor de Guevara, la cara opuesta de la moneda. Esta mujer de baja estatura y ojos achinados está relacionada con la mayoría de los hombres importantes del exilio guatemalteco. Por su intermedio, Ernesto Guevara conocerá a personajes como Ñico López, participante de los acontecimientos que rodearon el 26 de julio en Cuba: el copamiento del cuartel del ejército batistiano llamado Moncada. A López le había tocado en suerte atacar un destacamento militar, el Bayamo. La habitación de Ernesto en la calle Quinta se convertirá en poco tiempo en una especie de consultorio al que acudirá gran parte del exilio cubano en Guatemala, donde el médico argentino brindará atención médica gratuita.
En México, después de varios meses de ganarse la vida en su nueva profesión de fotógrafo ambulante, el Che comienza a trabajar como médico en la sala de alergias del Hospital General de la populosa capital centroamericana. Allí se reencuentra con su antiguo amigo de origen cubano Ñico López. Este encuentro le permitirá a Ernesto conectarse con un grupo de cubanos exiliados, que esperaban por la liberación de Fidel Castro y así planificar el inicio de las actividades contra el régimen del dictador Batista.
Una ley de amnistía permitía que los hermanos Castro, Fidel y Raúl salgan de la cárcel. Fidel el 15 de mayo juró continuar su lucha y desmintió a quienes lo acusaban a él y a sus compañeros de prisión de ser comunistas. El 24 de Junio de 1955, el Che conoce a Raúl Castro en la casa de María Antonia. Congeniaron enseguida, sobre todo porque Raúl se declaraba marxista, lo que Ernesto también había comenzado a hacer.
En otra reunión que el médico argentino mantiene al poco tiempo con Fidel, de la que participó Hilda Gadea, Castro convence al joven argentino de sumarse a la expedición que intentará desembarcar en la isla. El Che, alentado por su propia mujer, decide emprender la aventura más peligrosa y excitante de su juventud: la invasión a Cuba, que cambiará el rumbo de su vida. El 1º de enero de 1959, los guerrilleros entran victoriosos en La Habana, con Guevara convertido en héroe nacional cubano (naciendo su apodo del "Che", por su procedencia Argentina y forma de hablar y dirigirse a u compañeros).
La Guerrilla Boliviana
En 1952 se produce en Bolivia una insurrección popular que pone en jaque al gobierno y al ejército. La lucha se desarrolla en las minas y en las calles y desemboca en un proceso revolucionario que, durante la presidencia de Víctor Paz Estensoro, implicó cambios importantes en la situación social, económica y política del país. Se nacionalizaron las grandes minas de estaño, se aplicó una extensa reforma agraria y se concedió el sufragio universal. Uno de los espectadores de esos tiempos convulsos sería el joven aventurero. En 1966 el Che, influido por Castro y otros de su entorno, deciden que será Bolivia el próximo escenario de la lucha antiimperialista. Él no quería formar una guerrilla con sectores politizados, sino todo lo contrario, la formó con los sectores rurales bolivianos. No recibe el apoyo esperado, especialmente de parte del Partido Comunista de Bolivia e inicia una lucha en condiciones precarias (la denominada traición del comunismo boliviano, los aísla, inclusive sin reponerle pertrecho, comida ni medicamentos indispensables), y se inicia una verdadera cacería por parte del ejército, con asesoramiento y participación activa de fuerzas especializada norteamericanas. Casi todos los guerrilleros son muertos y en un enfrentamiento, el Che es herido, apresado, y asesinado al día siguiente (con dos de sus compañeros). Su cuerpo fue desaparecido durante muchos años desde 1967 y en 1997 fue hallado su cadáver, mientras se realizaba un reconocimiento de los guerrilleros enterrados en Vallegrande. La ausencia de las manos en uno de los cuerpos hallados dio el indicio de que el cuerpo hallado era el del Che Guevara, ya que a él se las habían cortado.
El Che, amigo de Bolivia
Por el correlato de todos estos hechos, sin más que decir, realmente el Che ha sido un gran amigo de Bolivia, por haber puesto sus ojos en nuestra Bolivia y querer condiciones de vida mejores para los bolivianos. Hoy en día es un gran modelo para muchos jóvenes bolivianos y del mundo entero en busqueda de libertad y tantos principios que el Che supo entender al paso por toda Latinoamerica.

 
CONCLUSIONES

Al concluir, así como lo adelantaba en la introducción, termino este ensayo diciendo que el Che amigo de Bolivia, por luchar por convicciones cual boliviano que ama su patria y su gente. Y más alla de demostraciones u otras formas de sentimiento, el Che sigue vigente en nuestra sociedad boliviana.
Cada día en diferentes partes del mundo van surgiendo el sentimiento colectivo de la defensa de las culturas e identidades particulares en contraposición al de la globalización. Cada día, algun joven que lée al Ché, se siente identificado por la lucha y se hace un Che dispuesto a vencer cualquier corriente que quiera llevarlo por otros lados y haga que olvide el amor a su gente.
En nuestra Bolvia han surgido grandes hombres, pero son pocos los que se han arriesgado –como el Che- ha poder brindar su vida por valores humanos más altos, he aquí la invitación a poder ser uno de ellos.

RUBEN ORLANDO ALEJO CONDE

BIBLIOGRAFÍA – WEBGRAFÍA

Guevara Lynch E. Mi hijo el "Che". La Habana. Ed. Arte y Literatura. 1988.
Constantin E. "Che": su tributo de los jóvenes argentinos. Granma, 1987.
Granado A. Con el "Che" por Sudamérica. La Habana. Ed. Letras Cubanas. 1986.
Sartre JP. El "Che" fue el hombre más completo de su tiempo. Bohemia, 1967
Alejo, Conde Rubén Orlando, "El Che en la Historia de Bolivia", PUBLIBOL, 2002